Hay personajes que son un cúmulo de circunstancias, de rasgos, de acciones. Hay otros que se limitan a un solo gesto. La novia de Frankenstain es esencialmente un grito.
Para remediar la soledad del monstruo, el doctor Frankenstain vuelve a llenar su laboratorio de cadáveres, pero esta vez de mujeres. Paso por paso repite su hazaña, pero con mejor gusto: así crea a su primera mujer artificial. Cuando el médico le presenta al monstruo a su novia, ésta da un inolvidable grito de horror. Antes el monstruo estaba solo, porque los humanos lo habían rechazado: pero ahora que el repudio viene de alguien de su misma raza, su soledad es perfecta. Entonces, despechado, continúa con sus crímenes.
PABLO DE SANTIS
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