La soledad



Desde aquí ni siquiera veo el mar. detrás de estas montañas hay más montañas y más mariposas negras todavía y luego un mar que es infinito como mi amor por ti.


Edwige Danticat



Yo siempre que salgo llevo mis alas conmigo. Y también llevo mis piernas. Nunca se sabe. Si la ropa interior me aprieta, me la saco y no oculto que soy mujer. Hago cosas que sólo pueden hacer las mujeres. Aquel día. Lo recuerdo. Se rompió. Estaba roto. Pedacitos de día por todas partes. Y los espacios vacíos tenían cierto espesor. El pájaro muerto quería nadar. Suele ocurrir. A la hermosura se le da por prescindir de lo posible. El pájaro muerto huyó nadando. Hay grandes necesidades de aceptación. Como las serpientes en el pantano de las anguilas. Es terrible. La soledad es terrible para todos. Y el miedo, suele ocurrir. El miedo te deja solo. Y uno le tiene menos miedo a la soledad que a aquello que te deja solo. No es hermoso. El pájaro muerto se fue nadando para decidir por sí mismo estar solo.







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Data Fabularia:

Redacción: María Alejandra Atadía
Edición: El Elegante Oblongo

La Biblioteca Fabularia